Collar de Ambar Honey

Propiedades del ámbar báltico

Al Ámbar se le han reconocido propiedades mágicas y sanadoras, desde hace mucho tiempo, confundida con una joya, es suave y cálida al tacto y se han encontrado muchas piezas de ámbar con insectos , por ende siempre se le ha atribuido la vida en el tiempo.

Es un analgésico natural.
El uso de collares de ámbar y las pulseras en contacto con la piel puede tener un efecto calmante y tranquilizante en los bebés y niños pequeños para la dentición.
Cuando ámbar se lleva en la piel, el calor de la piel libera pequeñas cantidades de ácido succínico que luego son absorbidos por la piel directo al torrente sanguíneo.
Además de desinflamar y por tanto aliviar las molestias de la dentición, desintoxica el cuerpo, mejora el sentido de bienestar general, mejora la respiración, la circulación, y alivia el dolor, alivia las alergias, el dolor estomacal, la gastritis, aumenta el oxígeno a las células, fortalece el sistema inmunológico, atrasa el envejecimiento y mejora la piel, por eso no es un producto solo para niños, ya que los adultos también son afectos a inflamaciones y dolores que el Ámbar calma y beneficia en su sistema.

Otros Beneficios

Activa la circulación
Mejora la inmunidad y el equilibrio de los ácidos cuando se absorbe en el torrente sanguíneo
Estimula la glándula tiroides
Calma las zonas inflamadas
Calma la fiebre e infecciones
Alivia crisis de asma y las vías respiratorias congestionadas
Actúa en contra el estrés y la depresión
Mejora la vista en general
Produce efectos positivos sobre el corazón, el sistema nervioso y los riñones.
Para tu bebé, debes saber que el ámbar no se desgasta, por lo tanto es un regalo para toda la vida, NO SE MASTICA. La eficacia está en su contacto con la piel, no en su ingestión, es importante que en todo momento, el collar, pulsera o tobillera esté en contacto con la piel de tu bebé. Siempre por debajo de su ropa o calcetines.

Cuidados y Limpieza del Ámbar

Nunca uses ningún químico para limpiar el ámbar.
Puedes pulirlo usando una gamuza (pieza de tela que se usa para limpiar espejuelos).
No dejes que este en contacto con limpiadores, jabones, calor extremo u otros químicos.
Si el ámbar pierde el brillo, lávalo con agua fría y déjalo entre 10 a 15 minutos al sol.
Sécalo con un paño suave, y púlelo con un poco de aceite de oliva o de almendra